¿Por qué defender, de nuevo, la Filosofía en las aulas?

A nadie se le escapa a estas alturas que, al igual que en el resto de sectores, vamos hacia un modelo que prioriza la economía y la rentabilidad, dejando de lado el cuidado de la vida y de otros aspectos que nos aportan como seres humanos. Las políticas actuales nos hacen avanzar hacia un paradigma en el cual la educación es reducida a su labor como reproductora de fuerza de trabajo. Enseñamos cosas, vaya, para que la juventud se adapte al mercado laboral. Y seamos honestxs, la Filosofía, según este modelo, no produce nada. La racionalidad capitalista se impone y todo lo que escapa a su lógica es visto como innecesario, un lujo superfluo que no sirve para nada. Así, el ser humano queda empequeñecido, empobrecido y reducido a su función de trabajador y consumidor. Sólo aquello que sirve a este doble fin de producir y consumir es visto positivamente, sólo aquello es digno de ser desarrollado, trabajado y enseñado.